lunes, 18 de diciembre de 2017
Del Consenso al Disenso
Los acontecimientos que han ocurrido en España y todo lo que está ocurriendo en el mundo hace que sea difícil regurgitar toda la información que hay en los medios.
En primer lugar, en relación a Cataluña tras una consulta en la que el Gobierno español se ha amparado en su ilegalidad para aplicar el artículo 155 de la Constitución española parece que han aparecido expertos en su aplicación, me gustaría saber qué hubiese pasado si los que participaron en el proceso constituyente no hubiesen decidido incluir dicha habilitación al Gobierno para intervenir en una Comunidad Autónoma.
Dejando de lado el asunto catalán en medio de toda la tormenta política hay un problema global que afecta particularmente a la Península Ibérica: La sequía.
El Agua debería ser un asunto de primer nivel porque países como España que han sufrido fuertes sequías deberían ser pioneros en la gestión del agua. En el pasado los egipcios fueron pioneros en la gestión del agua, España en el siglo XIX elaboraba leyes de aguas muy avanzadas. Todo ello junto con el legado de la Transición española fue fruto del Consenso, que es la capacidad de acercar posturas y de lograr un entendimiento enfocándote en los puntos en común o en un objetivo a alcanzar. La sequía es un problema que nos afecta a todos, en especial a las futuras generaciones que heredarán un mundo cada vez más complicado.
Este verano agricultores de Castilla y León se manifestaron contra la Confederación Hidrológica del Duero. Este organismo negó a los agricultores extraer agua de los pozos para que pudiesen regar los cultivos, alegando que los embalses se encontraban en niveles bajos. Muchos cultivos se van a perder, por no hablar de las pérdidas económicas de los agricultores; pero la consecuencia más grave es que la tierra se secará, aumentando el proceso de desertización. Este es un ejemplo destacado de la gravedad del problema ante el cual hay que enfrentarse.
Nuestros políticos compiten por tratar de diferenciarse de sus rivales, hay un halo de consenso entre aquellos que denominan a unos como bloque "constitucionalista" y a otros como bloque "independentista". Desde mi humilde opinión es un consenso muy vago porque no persigue construir nada, simplemente es un eslogan publicitario. No se enfrentan al problema y tratan de buscar una solución común con propuestas trabajadas y bien estudiadas.
El mundo está avanzando junto a la sociedad y se presentarán situaciones cada vez más complicadas frente a las cuales el consenso no servirá porque pierde eficacia, en nuestro Congreso de los Diputados hace mucho tiempo que dejó de usarse el consenso de manera útil, ahora se utiliza como un mensaje que queda bien, pero que está vacío de contenido. Cada vez es más necesario el Disenso, que es la capacidad de convencer al contrario con tus propios argumentos de que tu criterio es mejor que el contrario y de que éste último lo reconozca. Vemos que nuestros políticos están muy lejos de emplear el disenso, apenas se utiliza ya el consenso seguimos en un circulo eterno de desgaste que sólo nuestra sociedad puede cambiar a través del respeto, del diálogo y de dejar de lado el ego.
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